Conviene de vez en cuando recordar la validez de una mirada infantil a la hora de aproximarse a la música. Y caer en la cuenta de lo poco que se necesita para hacer algo interesante. Elizabeth Harris hace música bajo el nombre de Grouper. Y sólo le hace falta su voz. Way Their Crept esta hecho casi en su totalidad con capas y capas de loops de la voz de Harris, infectadas de un eco húmedo y nebuloso.

No hay sólo capas de voz en el disco, pero es sin duda el elemento dominante. Algo de manipulación de cintas, y algún teclado o guitarra sobresalen muy tímidamente del colchón de capas que inflaman los altavoces. La nube de eco evoca un Eno amorfo, lleno de momentos desasosegantes.

El disco tiene unos nueve temas. Pero no acabo de entender los criterios que sigue la autora para decidir cúando se acaba un tema y empieza otro. Supongo que algunas concesiones al modo habitual de entender el álbum son necesarias. La convención de un álbum dividido en varios temas de entre 3 y 5 minutos es casi tan universal como la división de tareas en guitarra/bajo/batería/voz. Y ya que se deshecha ésta, conservar aquélla ayuda al disfrute del disco como tal. Pero desde luego, si hay una estructura, el oyente la pierde a medida que avanza el disco. O la deshecha, por innecesaria. Y entonces, cada momento, cada instante, cada pequeña variación en el tejido de retroalimentación y distorsión, se vuelve inmensamente relevante.