Paso mucho tiempo pensando en el mundo que vendrá después de la COVID-19. No tengo claro que vaya a ser un mundo mejor. Más comercio electrónico, sí, pero más monopolio de Amazon. Más teletrabajo, sí, pero ¿en qué condiciones? Menos desplazamientos en coche, quizá, ¿acaso no es posible también que se estigmatice el transporte público por el riesgo de contagio? Más conciencia de la importancia del sector público y de las redes de protección social, ¿o un refuerzo del invididualismo? Más cohesión social y solidaridad colectiva, ¿o un aumento de la conspiranoia y la ultraderecha?

No hay nada predeterminado. Todo depende de nosotros.