En los últimos días he soñado alternativamente con Bicicross, con la Navidad y con Ben Bradlee. En mi sueño, la Navidad llegaba antes de lo que me esperaba, pero todos los festivos caían en fines de semana. Recuerdo estar sentado en un sofá, hablando con otras personas que no conozco, y pensar, algo triste, en que tendría que trabajar.

Para Ben Bradlee, las navidades también llegaban antes de tiempo, en forma de tíos que no habían trabajado en su vida, domingos hablando francés y casuales amistades con los Kennedy, gracias a la fortuna de haberse comprado una casa justo al lado de donde ellos comprarían un par de meses después. A Bradlee las navidades se le adelantaron luego durante 18 veces, 18 premios Pulitzer que consiguieron sus reporteros, aunque a veces le traían carbón.

Yo también quiero navidades como las de Bradlee y sentir cosquilleos al escribir historias, aunque todos los festivos del año cuadren en fin de semana.