Tres chicas aburridas en el verano de 2003, sin nada que hacer, ni coche para ir a la playa, ni ganas de estudiar. ¿Qué se puede hacer? Lo que deberíamos hacer todos a la mínima señal de aburrimiento. No quejarse y mover el culo. Mira a Sybil Vane. Del aburrimiento, a su segundo disco publicado. En “Turismo de Interior”, su primera referencia en Bcore, nos vuelven a llevar de paseo por su visión del mundo y de las relaciones, de una mano cogidas al pop, de la otra al post-core, y cada vez con más seguridad en sí mismas.
“Estamos en el mismo nivel que al principio”, dice Rocío, batería del grupo. Ninguna de las tres había tenido un grupo serio antes de Sibyl Vane, y Rocío ni siquiera sabía tocar cuando empezaron. No tenían en ese momento un objetivo más allá de tocar donde pudiesen, y en gran medida, ese sigue siendo su objetivo primordial.”Nos gustaría mucho irnos de gira por Europa, pero no tenemos dinero para poder salir fuera”, afirma Padi, guitarrista y cantante.
“Las expectativas respecto al grupo nos las hicimos después. Muchos de nuestros amigos estaban en grupos, así que teníamos una idea clara de lo que era“, afirma Rocío, “nos ocupa casi todo el tiempo”. Padi se pasó todo un año en Madrid, viniendo a Barcelona los fines de semana para poder ensayar en sesiones intensivas de varias horas. Para ella, “nuestra manera de entender el grupo incluye el buscarnos nosotras los conciertos y llevar todas las cuestiones organizativas. Todos los días me tengo que hacer una lista con cosas que hacer del grupo. Ocupa mucho tiempo, pero es lo que nos gusta hacer”.
En lo referente al eterno debate entre independencia y multis, Rocío lo tiene muy claro: “lo que no me gusta es tener que currar de auxiliar administrativo. Si alguien nos ofrece 6.000 o 10.000 euros para irnos de gira por Europa, pues perfecto. Me encantaría poder vivir de esto”. A Padi lo que le gustaría es “ser como los Flaming Lips y tirar confetti y tener globos gigantes en el escenario y poder hacer lo que nos diese la gana”.
“Seguimos guardando las primeras reseñas. En la nevera de casa de mis padres está colgada la reseña de nuestro primer concierto”, dice Rocío. “Al principio no le dábamos mucha importancia a lo que decíamos en las entrevistas. En una dijimos que hacíamos ‘canciones sobre pichas’ y lo pusieron en el titular, lo pasé mal al enseñárselo a mis padres”, recuerda, entre risas, Padi. Al preguntarle de qué cuestión que le suelen hacer en las entrevistas están más hartas, Rocío afirma: “de que nos comparen con Sleater Kinney, porque somos tres y somos chicas. Nos gustan, como muchos otros grupos, pero no son una referencia. Lo que pasa es que es más fácil. No nos gusta la categoría de ‘grupos de chicas’, parece que no podamos estar en la misma liga que los chicos”. Sin embargo, Padi aclara que “no formamos el grupo para reivindicar. Que tengas un grupo de chicas no significa que tengas que reivindicar nada”.
“El primer disco lo hicimos grabándolo por pistas, dos o tres horas por día. Grabamos todas las canciones que teníamos, no descartamos nada, bueno, en realidad nunca descartamos canciones, lo que no nos gusta ya lo dejamos a un lado desde el principio. A la hora de las mezclas ni siquiera pudimos estar presentes”. Para el segundo disco decidieron probar algo diferente, y se fueron dos semanas a Sant Feliu de Guixols, con xxx. Tanto Rocío como Padi se muestran muy contentas con el resultado: “está grabado en directo. Escuchas el disco, y ves el concierto, y es lo mismo”.
Publicado en Go Mag.