El Consejo Constitucional de la República Francesa ha aprobado una ley que prohibe la grabación o difusión de actos violentos por todos aquellos que no sean periodistas profesionales.
El Consejo Constitucional es una institución francesa independiente de la estructura legislativa o judicial de la República. Una de sus funciones es la de velar por la adecuación de las leyes a la constitución francesa y a tratados internacionales firmados por Francia.
La ley que ha aprobado ayer, impulsada por Sarkozy, tiene como objetivo impedir la difusión del ‘happy slapping’, una práctica también conocida en España: yo le pego y tú lo grabas. Para la Liga Odebi, una organización de defensa de las libertades civiles, la redacción amplia de la ley, de forma que englobe también las actividades de periodistas ciudadanos no es una casualidad, y se engloba dentro de un paquete de medidas legislativas que pretende controlar el flujo de información proveniente de la web. Una de las propuestas del Gobierno francés en este sentido es la de instaurar un sistema de certificación para sitios web, empresas de alojamiento de blogs, operadores de telefonía móvil y proveedores de acceso a internet. El respeto a ciertas reglas les permitiría disfrutar de un estatus de ‘fuentes de información autorizadas’ por el Gobierno. Esta propuesta ya ha sido criticada por Reporteros sin Fronteras.
Todos los medios que he consultado reproducen casi literalmente el artículo original de Peter Sayer para el servicio de noticias IDGNews. En ese artículo se incluye un ejemplo muy útil para entender el alcance y la peligrosidad de la ley aprovada por el Consejo Constitucional. Estos días se cumplen 16 años de la paliza que unos agentes del LAPD propinaron a Rodney King. Los agentes fueron detenidos gracias a la filmación de George Holliday. El incidente fue la chispa que prendió los disturbios en South Central, uno de los barrios más conflictivos de Los Ángeles, de mayoría negra, en un momento en que las tensiones raciales y los conflictos con la policía estaban en su cénit.
Pues bien, con esa ley en la mano, la grabación de esa paliza no sólo estaría prohibida, si no que la condena sería potencialmente mayor que la del delito que filma. En concreto, hasta 5 años de prisión y multa de 75.000€.
- Aunque éste es un blog personal, no se si se entiende esta anotación dentro de lo que suele ser el flujo de contenido de este blog. Publico esto por varias razones: soy periodista, y por tanto me afecta cualquier menoscabo de la libertad de expresión. Pero además, esta ley tiene un impacto en nuevos modos de expresión y difusión de ideas y contenidos, en este caso periodísticos, temas que ya han sido tratados por aquí.
Elena
Si es que al final, nosotros que nos creemos libres porque vivimos en una democracia, en realidad no tenemos elección para prácticamente nada. Esto es la punta del iceberg, dentro de nada no se podrá respirar sin pagar o hablar sin ser denunciados. Sueno apocalíptica, pero esto cada vez es como más nazi.