en silencio

Así se podrían haber quedado ayer la mayoría de radios online. El Copyright Royalty Board estadounidense aprobó en marzo de este año una subida de las tasas que las emisoras de radio han de pagar a las entidades de gestión de derechos. La subida es efectiva desde el domingo 15 de julio, a pesar de protestas e iniciativas legislativas, y afecta a las radios de dos maneras:

  • Primero, establece un mínimo de 500$ por año y canal. Un canal es, por ejemplo, cada una de las estaciones que puedes crear en Pandora o en Last.fm.
  • Segundo, una tasa por cada vez que cada una de las canciones ha sido emitida a cada usuario. Es decir, si tienes 10.000 usuarios que escuchan 5 canciones cada uno, has de pagar 50.000 veces esa tasa. Además, es de aplicación retroactiva desde el 2006, y con una subida del 30% anual. Desde los 0,08 céntimos del 2006 a los 0,19 céntimos del 2010.

Si al final estas tasas se hubiesen llegado a aplicar, hubiera significado la desaparición de la mayor parte de radios online, que no podrían hacer frente con sus ingresos a tamaño despropósito. Que además, es discriminatorio respecto a los otros canales radiofónicos, ondas y satélite, que gozan de tasas para derechos de autor mucho más reducidas. Si se hubiesen llegado a aplicar.

¿Qué ha pasado, entonces?

SoundExchange es el organismo recaudador de tasas de derechos de autor por emisiones en internet en Estados Unidos. Y ha demostrado en varias ocasiones que lo que le interesa no es el dinero que va a recaudar, sino otras cosas, peores incluso:

Payola es el nombre que se le da en Estados Unidos a la práctica de, digámoslo así, apoyar económicamente la retransmisión de ciertas canciones. La idea es que las emisoras por internet pueden negociar sello a sello tarifas personalizadas. De ese modo, después de forzar unas tasas abusivas, las grandes discográficas hacen valer su posición de fuerza y su economía de escala para conseguir una preferencia de emisión de su catálogo, más económico que el de miles de sellos pequeños en cuyo nombre, quizá sin saberlo ellos, cobra SoundExchange (controlada por las grandes discográficas) sus exageradas tasas. Eso por no mencionar otra nimiedad: las tasas actuales se reparten 50% artista y 50% discográfica. En las tasas negociadas, la mayor parte va al bolsillo de las discográficas.

La otra vía de escape que Soundexchange ofrece a sus presas es la siguiente: un tope máximo de pago de 50.000$ anuales, a cambio de forzar DRM en la retransmisión y evitar, o al menos molestar, la grabación de las emisiones por internet. Por lo que yo sé, es algo prácticamente imposible de evitar. Y además, es perfectamente legal.

La tecera posibilidad, y la más deseable, es la aprobación de una ley que impondría una tasa variable del 7,5% de los ingresos, exactamente la misma tasa que pagan las radios por satélite. Hasta que llegue el día de la votación de esa ley, SoundExchange tiene las de ganar en las negociaciones. En cualquier momento pueden forzar el pago de año y medio de tasas de golpe y llevarse por delante a cualquiera que disienta de su postura.

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4 comentarios

  1. serxio

    Estou en barcelona ate o día 2 de agosto, quedamos cando queiras que xa fai que non nos vemos.

    Apertas para os dous.

  2. vale, que xa hai ganas.