Hace 12 años grabé varios temas instrumentales en mi habitación de entonces, en la calle Calabria de Barcelona. Con ellos le hice a Lola mi primer regalo de cumpleaños. Y tres de esos temas me sirvieron para comenzar uno de tantos proyectos que nunca llegaron a cuajar del todo, un netlabel llamado Astillero. Doce años más tarde, sigo tocando igual de mal la guitarra pero mis proyectos van saliendo mejor.
¿Por qué no cuajó?
La principal razón por la que creo que el netlabel no siguió adelante fue porque detrás estaba yo sólo. Siempre me ha gustado trabajar con otras personas, y creo que si hubiese involucrado más a algún amigo el proyecto hubiese tenido más continuidad. En ese momento además me faltaba confianza y desparpajo para intentar conseguir material de otros músicos y artistas, y el poder compartir ideas, recursos y voluntad con más personas me habría ayudado a defender mejor un proyecto en el que creía.