10.000 policías y guardias civiles. 893 heridos. 14% de los colegios cerrados
893 personas que fueron ayer a votar tuvieron que ser atendidas por los servicios médicos después de las cargas de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra las concentraciones pacíficas alrededor de los colegios electorales. Y todo para conseguir cerrar tan sólo el 14% de los colegios electorales desplegados ayer. Un fracaso absoluto de la política el tener que recurrir a la violencia contra ciudadanos para, al final, no ser capaz de evitar lo que intentaban evitar: que la gente votase. Al final, el resultado de las elecciones ha sido lo de menos. Lo que queda es la violencia, la agresión, la desproporcionalidad, el #aporellos. Una brecha que se antoja insalvable.
Sigo pensando lo mismo que hace 5 años. Pero en las últimas semanas, y sobre todo después de ayer, este conflicto comienza a tomar otras dimensiones más allá de la nacional. La violencia no solo degrada la convivencia, es el primer paso para la derrota.